HERMANDAD EL BESO DE JUDAS
Treinta monedas de plata, bien guardadas en una sucia alforja visible a todos, bastaron para conducir a la muerte a Nuestro Padre Jesús de la Redención.
El Señor extiende los brazos en señal de sumisión para que se cumplan las Escrituras.
Su mirada, humana y cabizbaja, refleja a la vez la aceptación de su vil venta y el perdón del traidor, a su amigo, a pesar de todo, Judas nunca podría superar su cruel deslealtad y optaría por la salida de los cobardes como él.
PROCESIONA EL LUNES SANTO
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